Los argentinos no recargaron las baterías como suele suceder habitualmente durante las vacaciones. La tecnología los mantuvo conectados con el trabajo, de forma permanente, de manera que no pudieron disfrutar del todo durante este verano. Sólo tres de cada 10 personas  lograron desconectarse del trabajo en vacaciones, según revela la encuesta realizada por Randstad. En el reporte elaborado por la agencia especializada en gestión de Recursos Humanos se observa que solo el 4% de los consultados aseguró haberse olvidado “por completo” del trabajo durante sus vacaciones a causa del celular y la tecnología, mientras que el 23% afirmó haberse desconectado “bastante” de las responsabilidades laborales durante el período vacacional.

En el extremo opuesto, el 37% de los participantes del sondeo indicó haberse desconectado “poco” durante su tiempo de descanso, mientras que el 36% restante afirmó haber seguido “totalmente” conectado con sus dispositivos tecnológicos y el trabajo, totalizando un mayoritario 73% de trabajadores argentinos que permanecieron conectados a la tecnología y las responsabilidades laborales durante sus vacaciones.

“Es importante tomar conciencia de que la tecnología representa hoy un arma de doble filo: así como nos permite la comodidad de trabajar desde cualquier lugar, el hecho de estar conectados 24/7 puede interferir con el necesario descanso de las personas. Nuestra salud y bienestar dependen de lograr un equilibrio para que el trabajo no invada el tiempo y los espacios de ocio y tiempo personal”, señala Ávila, CEO de Randstad para Argentina y Uruguay.  

El informe de Randstad también busca profundizar sobre las exigencias laborales de jefes y superiores durante las vacaciones y sobre la carga de trabajo que suele haber durante los meses de vacaciones, como factores que pueden incidir en las posibilidades de desconexión de los trabajadores durante el periodo de descanso. En línea con esto, la encuesta relevó puntualmente si los trabajadores contestan llamados, mensajes y correos laborales cuando están de vacaciones. En este sentido,  apenas el 9% de los encuestados aseguró que jamás contesta llamados y mensajes laborales mientras está de vacaciones. Por su parte, el 41% de los consultados afirmó que solo responde cuestiones urgentes; el 45% comentó que responde emails y llamados laborales porque le gusta estar al tanto de lo que sucede en la oficina  y solo un acotado 5% aseguró responder mensajes y llamados laborales porque se lo impone su trabajo o su jefe directo.

Por otra parte, al preguntarle a los encuestados si sintieron presión de su empleador para responder llamados, emails y mensajes relacionados con el trabajo durante sus vacaciones, el 62% de los participantes aseguró que jamás se sintieron presionados por su empleador para mantenerse conectados con el trabajo. En el extremo opuesto, el 36% de los participantes afirmó haber sentido presión de su jefe o empleador para responder mensajes y llamados laborales por cuestiones urgentes durante sus vacaciones y solo el 2% aseguró sentirse siempre obligado a responder mensajes laborales aunque esté en medio de su período vacacional.

Por otra parte, al consultar sobre el volumen de trabajo durante los meses de verano, surge que las opiniones están divididas, ya que el 52% de los participantes afirmó que durante los meses de verano, que coinciden generalmente con el período vacacional, su carga laboral es igual a la del resto del año, mientras que el 48% comentó que su carga de trabajo disminuye en esos meses. “Vivimos en un mundo híper-conectado, donde los límites entre la vida personal y la vida profesional se desdibujan cada vez más. El home office generalizado por la pandemia supuso muchos beneficios, pero también contribuyó en gran medida a profundizar este fenómeno, por la convivencia del trabajo y las responsabilidades familiares bajo el mismo techo y una mayor tendencia a estar siempre conectados a través de la tecnología por la falta de presencialidad”, agrega Ávila.

La crisis sanitaria que venimos transitando a nivel mundial durante los últimos dos años ha generado un mayor nivel de estrés y agotamiento en la fuerza laboral, haciendo que el descanso y el período de vacacional adquieran una mayor relevancia.

En estos dos años se ha visto una mayor incidencia del “burn out” o agotamiento extremo en los trabajadores y a este fenómeno se ha sumado al hecho de que gran cantidad de personas prefirieron no tomarse sus días de vacaciones por las restricciones a los viajes, agravando el cuadro de cansancio considerablemente. En este punto, al consultarles a los participantes de la encuesta si este año se tomaron vacaciones durante el período estival que va de enero a marzo, el 55% de los argentinos afirmó no haberse tomado vacaciones durante el verano.

También se les preguntó a los participantes de la muestra si creen que tras la pandemia necesitan más vacaciones de lo habitual. En este sentido, el 26% de los argentinos afirmó necesitar más vacaciones que años anteriores.

Al indagar entre los participantes si estarían dispuestos a tomarse vacaciones aunque la pandemia o las condiciones económicas les impidieran salir de viaje, un mayoritario 61% afirmó que se tomaría las vacaciones de todos modos, con el objetivo de descansar y quedarse en su casa. Por su parte, el 39% restante aseguró que preferiría acumular sus días de descanso para utilizarlos en un momento en que le resulte posible viajar.

Sobre estos indicadores, Andrea afirma: “luego de dos años de pandemia, crisis e incertidumbre, es lógico que muchos experimenten un mayor nivel de agotamiento. En este contexto, muchos trabajadores han optado por tomarse vacaciones aunque no puedan viajar, con el único propósito de descansar, cortar con la rutina y reponer fuerzas. Y en los casos de aquellas personas que han sufrido agotamiento extremo, el descanso resulta indispensable, así como un adecuado acompañamiento del líder de equipo y del área de Capital Humano”.